Viento fresco de septiembre
Bufa el viento fresco de septiembre, como Eolo con tosferina,
Y trae ecos de obras paradas y oficinas cerradas que se desperezan.
Crujen manzanas, granadas y uvas, y matean su brillo estival,
Mientras las aves trinan de alivio al verse libres del agosto riguroso.
…
Son aires limpios que penetran en las honduras del alma
Y desempolvan los mamotretos y los tratados de lo esencial.
Pero ¡ea!: que ya el cuerpo y la mente nos reclaman con urgencia
Para que nos zambullamos pronto en mil trabajos, atascos y hábitos
…
Empapémonos, sí, pero recordemos que nada de estas mandangas diarias
Importará un pimiento al alma cuando se vea en la hora final
Ni aunque seas de esos que delira con la inmortalidad de las estatuas
Ni aunque ya veas tus apellidos en la placa de un callejón
…
Para el alma, que es atemporal, la vida material es un sueño
Y todo el ruido y el desbarajuste de una existencia, aunque larga
Le parecerán en esa hora que antecede a la partida definitiva
como el despertar legañoso y torpe de un letargo más bien breve.
…
El pasado es un registro vacilante de sombras y ecos en latín.
El futuro es una hoja de ruta falsa que no lleva a ningún sitio.
Los tordos son pájaros cansinos que se comen las aceitunas.
Y la vida es un sueño lúcido que se renueva en septiembre.
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