Tocino y velocidad
Va uno soltando amarras, así, como quien no quiere la cosa
En un pispás, adiós al paraíso de la infancia, al país de Nunca Jamás
Allí seguirá Peter Pan, jugando al poliladra y al churro, churrera
Sacando frendis del redondel con su chavo de hierro
Y cambiando estampas de animales y futbolistas
Con la nueva generación de chavales
Roberto Martínez por Panadero Díaz, el okapi por el lobo de crin
Pegamento de harina con agua, papel de charol y ovejas con cencerro
Era, entonces, todo, juego y bocadillo de mortadela, lo que ahora es fin
De un sueño del que se va despertando a base de hostias
Y los padres, de dioses a tontos del carajo de la vela
Cuando cuaja el remolino confuso de la mocedad
Tocino y velocidad
Hay que colgar la sotana de monaguillo y explorar el nuevo reino
Tantear a ciegas dónde empieza y acaba todo, asaltar el castillo
Pillarse los dedos una y mil veces con la tapa del piano
Acostumbrarse a comer harinosas y gachas
Simular firmeza al estrechar la mano
Encontrar amigos del alma que duran semanas
Contemplar la gracia divina del fundamento de las muchachas
Y ser tomado por sentimientos y ganas que, de crudeza, hierven
Dejando un rastro de granos secos y pelusa en la cara
Y marcas de eterno egoísmo y ridículo en las montañas y valles
Pero, ¡Ea! Saturno avanzó una cuarta y dejaste de ser zagal
Empieza mañana el gran baile de disfraces
La vida te está esperando, no le falles
Esta es la gran verdad
Tocino y velocidad
Ponte raudo la máscara que todo lo tapa, traje y/o corbata
Pavoneo y ruido, furia y farándula en la pista, aleteo
Lustros que van entre pisotones, retoños y trabajos
Buenas vibraciones, mala pata
Noches bisiestas que llenan la conciencia de lamparones
Dicha y duelo, hierba y granizo
Apariencias, altibajos
Si vienen curvas, volantazos
Sol y sombra
Si vampiros, ristras de ajos
Nubarrones
¿Has caído en la cuenta? Eres ya un señor de cincuenta
Hernias, próstata, riñones, y en la boca sequedad
Tocino y velocidad
Y se va sospechando el día de la temida visita
Se adelanta, incluso, y se deja ver por el rabillo del ojo
Te asusta con su hedor y ropajes. La rehuyes
Protestas que no le habías dado cita. Alarma, enojo.
Pero ella insiste y su agenda es tremenda
La vas asumiendo, comprendes, intuyes
Que forma parte de tu encomienda
Que conoce al Peter Pan de tu puericia
Que vino para quedarse y tú no puedes elegir
Te sorprendes platicándole un día, sin acritud, sin malicia
Y te prepara para ir saliendo, con dolor, de un mundo
Que, como ella, no es mas que matemáticas y electricidad
Tocino y velocidad
Y así es el recorrido, realidad…